Bien, pues creo que debí empezar este blog desde que supe que estaba embarazada, porque así como lo dice el nombre, todo esto ha sido una ANDANZA, una travesía llena de cambios. Sin duda, todo cambia cuando te enteras, en mi caso, que ya no serían dos en la familia.
Mi embarazo fue planeado y deseado,
pero eso no evitó que tuviera millones de sentimientos, muchos de ellos eran de
desesperación y lágrimas, porque sí, fui una de esas embarazadas a la que le
pasó de todo y ese todo siempre era "normal", pero al mismo tiempo
sufrí de esa lluvia de comentarios que más que hacerme sentir "bien"
me sumergían en una depresión, porque nadie entendía con exactitud cómo me
sentía, cómo era mi día a día viviendo con síntomas muy desagradables.
¿Se imaginan que la vida les diera
asco? Suena dramático, pero despertar para mí era una cosa terrible porque ya
sabía de antemano que todo mi iba a dar asco, sí, vestirme me daba asco, tomar
agua me daba asco, ver la tv me daba asco, es más, lavarme los dientes podía
ser la tortura más inhumana para mí, confieso que dos que tres veces omitía ese
paso en mi higiene, pero les juro que hacerlo era vomitar fantasmas, porque no
tenía absolutamente nada en el estómago.
Muchas veces escuché que el embarazo
era la etapa más bonita de la mujer. No, definitivamente no es bonito. Estar
embarazada no es una etapa que disfrutas mucho como mujer, lo mejor de la vida,
no, no lo es. Hoy trato de entender por qué venden esta idea del embarazo
feliz, al menos yo, no la pasé nada, pero en verdad nada bien.
Me gustaría que quedara claro que al
pensar así no soy una mala persona o mujer, simplemente no es nada lindo, es lo
que me tocó vivir y lo acepté.
Imaginen ustedes hombres que nunca
van a pasar por un proceso así y mujeres, aquellas que están en el proceso, las
que ya lo vivieron tal vez se identifiquen y las que no lo quieren experimentar
sabrán detalles y evitarán comentarios como el típico "qué
exagerada".
¿Se han puesto a pensar en
significado real de tener un hij@? Yo podría jurar y firmar que no, nadie
tenemos la menor idea, por mucho que lo deseen, cuando se enteran o tal vez a
mí nada más me pasan esas cosas, entras en un estado de preocupación constante,
no es “mira, ando alegre por la vida porque tendré un bebé”, no es película, no
es un chick flicks donde todo es rosa y hermoso, donde tú eres una
radiante mujer que pasea por las calle como si nada pasara, a mí la gente en la
calle se me quedaba viendo feo, no exagero, no me creían hasta que mi esposo lo
vio, por qué me veían feo, no lo sé.
En contacto con mamás de mi
generación y próximas me han confirmado que les pasaron cosas similares que a
mí, no es entonces, cosa de mi mente, que no lo digan todas es distinto. Debo
aplaudir a aquellas a las que no les pasó absolutamente nada, ni un síntoma,
créanme son MUY AFORTUNADAS. Y sí, hay quienes vivieron un embarazo “lindo” y
"tranquilo", a ellas las envidio.
Sufres, sí, y por nueve meses, podría
decir que hasta un poco más y aún con mi bebé ya en su cuna, esas constantes
continúan, quiero mencionar algo, sufrir en un embarazo no son nada más
síntomas típicos como náuseas, vómito, mareos, dolor de cabeza... no es nada
únicamente ese sufrimiento, es luchar con tus pensamientos, es aceptar que
estás creciendo y con crecer me refiero a mentalmente y claro, de tamaño, es
luchar con tus telarañas en la cabeza cuando la ropa ya no te queda, cuando
descubres que las estrías hicieron su entrada en escena, cuando las hormonas
juegan contigo y el cabello se te cae –yo en un acto de desesperación corté mi
larga cabellera–, ponerte unos zapatos puede ser una actividad de más de 15
minutos, respirar te cuesta trabajo, con nada te sientes bonita, hay días
terribles en donde no se trata de síntomas.
A toda costa eviten mencionarle a una
mujer embarazada esa frase de "pero no estás enferma, tu sigue tu vida
normal", no señoras y señores, me queda claro que no estamos enfermas
porque el embarazo no se considera así, pero estar viviendo en el baño porque
no paras de vomitar, dormir todo el día o ya no poder dormir, tener dolor de
cabeza, no comer bien, todo eso sí diera la impresión de que uno está enfermo y
hacer tu vida "normal", no, tampoco se puede porque ya tu vida
cambió, ya nada es normal, ya nada puede ser como antes, normal para mí era ir
y venir, andar moviendo cosas, comer lo que se me antojaba, disfrutar de mis
paseos, estando embarazada no quiere decir que dejarás de hacerlo, pero mucho
de ello se va haciendo menos, hasta que ya no puedes ni mover un dedo, no tan
fácil te avientas a usar el metro de la CDMX con la consigna de que puedes ser
aplastada.
Con este blog, deseo transmitir a
quienes me lean cómo es mi vida de mamá desde mi trinchera, tal vez alguien se
identifique con ello y así no me sentiré como loca o como diría mi amigo
Estevan "es que a ti nada más te pasan esas cosas"...
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