Eran las once de la mañana y estaba
pensando en que sonaría la alarma sísmica en calidad de simulacro con el
objetivo de recordar lo acontecido un 19 de septiembre de 1985, año en que yo
nací, justo tres meses después de un desastre que, aunque no viví ver las
imágenes y noticias de ese día, hacían que mi piel se erizara.
Me sorprendió que con redes sociales,
tv, radio, periódicos y todo medio de comunicación hubiera gente que no tenía
la menor idea que habría un simulacro, mi vecino salió corriendo y gritando
"está temblando", debo aceptar que me reí, las personas que estaban
ahí le dijeron "tranquilo, es un simulacro", luego me quedé pensando
que todos estábamos tocados por el sismo que había ocurrido días antes, el 07
de septiembre del 2017, y qué, tal vez, él había olvidado esto del aniversario.
Mi papá y yo comentábamos, ¿te
imaginas que en verdad temblara? Lo dijimos porque aún existe gente que no se
une a las actividades de simulacro y lo toman como una broma o como un espacio
para salir de sus oficinas o escuelas, un descanso a sus actividades.
Nadie sabíamos lo que venía, yo
estaba haciendo comida, minutos antes mi papá me llamó por teléfono para
preguntarme sobre el nombre de la medicina de mi bebé, intercambiamos
información, fui a sentarme al comedor y revisar mi correo electrónico –estaba
al mismo tiempo trabajando–, cuando sentí que cimbraba el piso, mi primer
pensamiento fue "ay, qué camión tan pesado", quiero pensar que todos
hemos sentido algo similar, hasta que segundos después la alarma sísmica sonó,
pero antes de eso, ya sabía que no había pasado ningún camión.
En realidad no supe cómo logré
pararme, se estaba moviendo todo, a lo lejos escuchaba gritos, en mi camino
hacia el sillón –donde estaba mi bebé dormida– aventé la carriola, al mismo
tiempo metía mi celular en mi pantalón, agarraba una cobija y levantaba a mi
bebé, quién me vio asustada, obvio, la desperté de golpe, la abracé y corrí a
pararme en nuestro lugar seguro, estoy en un segundo piso, pero la manera en la
que se estaba moviendo todo me impedía bajar las escaleras, no podía agarrarme,
no iba a soltarla y nada más pensaba "no puede estar pasando esto, no así,
no".
Todo fue tan largo y tan corto en
tiempos, que cuando menos pensé mi hermano mayor ya tenía a mi bebé en brazos y
bajaba corriendo las escaleras, mi hermano menor venía conmigo, entre los dos
tratando de tener un poco de equilibrio, vimos cuadros como columpio, uno de
ellos caer, cosas moverse, sonidos indescriptibles, llegamos a la calle, le
grité a mi hermano "¡mi papá está en Walmart!" y al mismo tiempo mi
corazón latía muy rápido, "¡Ale está en su oficina!". Me temblaban las
manos, intentaba hacer una llamada para saber algo, algo sobre mi esposo cuando
vi que mi papá llegaba corriendo, al día de hoy no sé cómo lo logró, pues tiene
no menos de cuatro meses de operado.
No había líneas telefónicas, mensajes
vía Whatsapp para mi esposo, familiares y amigos, nadie contestaba, se
estabilizó la comunicación, pero no al cien por cierto, hasta que me llegó un
mensaje de él "amor, estoy bien, ¿ustedes?", hubo tranquilidad en mi ser,
"todo bien ¿y Fa?" Mi amiga trabaja en las mismas oficinas que mi
esposo, estaba bien.
Cuando empecé a revisar –aún en la calle todos– mi Twitter, comenzaba a ver el mar de información "¿se cayó un edificio en Yucatán?", al momento no puedes creerlo y no te das cuenta de la intensidad de las cosas hasta que la información fue más y más, acompañada de imágenes que te dejaban frío, edificios se vinieron abajo, esto superaba todo lo que uno hubiera pensado, se repetía la historia de 1985 en el mismo día, tuve mucho miedo.
Nos quedamos en la calle, casi media hora después de lo sucedido, localizando aún a amigos y familiares, mi sobrina no tenía señal, mi prima estaba desesperada yo esperaba que Ale me contestara y fuera por ella, la comunicación era pobre, al final ella estaba bien, asustada como todos, llorando como todos y necesitada de un abrazo.
Cuando por fin regresó la luz y tomamos el valor de entrar a nuestra casa, las noticias eran fatales, niños desaparecidos, mascotas perdidas, personas fallecidas, personas vivas pero entre escombros de edificios colapsados, la historia era triste por sí misma, un 85 en un 2017, la ayuda no espero, los mexicanos reaccionamos de inmediato, era increíble ver personas que se dejaban llevar y corrían a ayudar a esa gente que sin conocerla arriesgaban todo.
Somos mexicanos y ante una adversidad como esa supimos, sabemos cómo reaccionar, sí, esta catástrofe no se compara con la del 85, afortunadamente tenemos nuevas formas de prevención y redes sociales, ya que por Whatsapp hubo personas que se comunicaron y pudieron saber que estaban bien, dónde estaban y además, lo más sorprendente que seguían con vida y bajo miles de escombros, lo que años atrás no pasaba por la cabeza de nadie, entonces la tecnología sí tiene su lado bueno, una oportunidad de vivir.
¿Me dan miedo los temblores? No, en
realidad nunca me han dado miedo, pero nunca había vivido algo como lo del 07, y
no se diga lo del 19, ahí sí tuve miedo y mucho, no nada más por mí, por mi
familia, mi esposo y principalmente por mi bebé, tuve miedo por ella, porque al
principio no sabes ni cómo reaccionar, no era un movimiento leve de la tierra,
lo que pasó fue más allá de lo que todos pensábamos.
La ayuda fue inmediata, y quiero
aplaudir a todos los que hicimos y seguimos haciendo algo por la gente que se
quedó literalmente en la calle, y amig@s, esto no se ha terminado, nuestra
gente nos necesitará por mucho tiempo más. Debemos cuidarnos mucho, estar al
pendiente de las indicaciones que hay, estar atentos al medio de comunicación
que más les guste, eso sí, por favor, no crean en cosas que suenan a película
de Hollywood, no se puede saber cuándo, cómo, de dónde va a venir, si eso fuera lo del 19 no hubiera sido tan fatal y mucha gente no hubiera muerto,
pregúntense y pregunten antes de difundir información, y no nada más eso, antes
de que ustedes mismos lo crean.
Pidan ayuda si lo necesitan, lloren y
saquen su estrés, miedo y nervio, ¿saben?, yo me puse a llorar tres días
después, saqué todo lo que sentía, me dolía la cabeza, no podía dormir, al día
de hoy no puedo dormir bien, uno queda aterrado y nadie nos cuenta lo que pasó,
lo vivimos y quienes no lo pasaron, qué fortuna pero al mismo tiempo, recuerdo
que no sé cómo, la única llamada que me entró a mi celular ese día fue la de mi
prima que vive en Cd. Obregón, se escuchaba tan angustiada, tanto como si
hubiera estado aquí, así es como cada quién expresa su angustia por alguien
más, volviéndose locos por conseguir que salga un mensaje o entre una llamada,
porque cuando quieres a alguien lo primero que deseas saber es que está bien.
Y otra cosa amig@s, dejemos de
criticar a quienes hacen o no hacen, un día después del terremoto me entró
tanto coraje y rabia de leer a gente que nada más utilizó redes sociales para
criticar y no actuar, esto fue lo que puse en mi Facebook personal:
Gente,
dejen de buscar la mínima tontería para ir en contra de todo o de todos. Lo que
pasó en CDMX es terrible, no por eso se han descuidado las labores de rescate y
ayuda en Oaxaca y Chiapas, no olvidemos que los huracanes también han pegado
fuerte y que la ayuda se divide también para Veracruz y Guerrero. Existen otros
puntos en la ciudad en donde la labor sigue, Cuernavaca y y Puebla también
están afectados y hay grupos en caravana que se están trasladando. Dejemos los
comentarios negativos, que si Google va a donar un millón de dólares para
México, ¡aplauso! Que si gana diarios 58 millones de dólares, eso no debe importarnos,
la acción es lo que cuenta. Que si los artistas, deportistas, medios, etcétera
nada más están utilizando sus redes para hacerse FAMA, no lo veo de esa manera,
ellos con esa FAMA y alcance que tienen están logrando mucho. Dejemos de
criticar todo, de insultarnos y creer que tendremos la razón siempre, si hay
información falsa difundamos la verdad, no gastemos energía poniendo mensajes
agresivos o cuestionando los actos, hagamos uso correcto de las redes sociales,
hoy con todo lo que sabemos por medio de aplicaciones se ha podido rescatar
gente, lo que en el 85 no pudo ser. Si estamos en casa, compartan info, estén
atentos y apoyen de la manera que esté a su alcance.
Cada persona sabe lo que hizo, lo que hace y lo
que hará, si lo hace público yo lo aplaudo, si no lo hace público y lo deja
para su mente, corazón y personas cercanas, también lo aplaudo, si no tiene
dinero pero fue a dar una mano separando víveres y dando un abrazo, lo aplaudo.
Si se quedó en casa porque no quería desplazarse y hacer uso de los medios de
transporte para no entorpecer las vialidades, lo aplaudo, si hubo casos en que
se quedaron en casa y prefirieron ver noticias y compartir la información relevante
sobre donativos, albergues y necesidades en las zonas de desastre, también lo
aplaudo, pero si te sentaste y no hiciste absolutamente nada porque a ti no te
pasó, no te afectó y te encanta criticar al gobierno, al que sí fue, al que
donó, al que no durmió por estar al pendiente desde su trinchera, nada más
recuerda que la vida es una y quienes hicimos algo y seguimos haciendo estamos
satisfechos por nuestra labor, las criticas vendrán después, hoy no es el
momento.
Sí, este es un blog de mamá primeriza, papá primerizo, familia nueva y todo eso de lo que normalmente hablo, pero resulta que también se convirtió esta entrada en "mamá primeriza en un desastre natural". Después del sismo del 07, dejé a la entrada de mi casa una pañalera con las cosas de mi bebé, porque tuve miedo, háganlo, la mochila de la que tanto hablan en las noticias también prepárenla, pero les juro que importa más la pañalera que otra cosa, es la forma en la que proteges a tu bebé.
Si crees que tus bebés porque son bebés no sienten, déjame decirte que estás equivocad@, tal vez no saben lo que pasó, lo que significa, pero sienten, yo lo descubrí cuando me di cuenta que en el ajetreo mi bebé vomitó y luego le dio diarrea, todo duró un día, pero así expresó su miedo. Si tus hijos son más grandes tienes que hablar con ellos, explicarles lo que pasó, no les mientas diles las cosas tal cual pasaron y si tienen miedo, deja que expresen sus sentimientos, acude por ayuda y abrázalos, necesitan saberse protegidos.
Yo como mamá lo primero que hice fue correr por mi bebé, y creo que todos hubiéramos hecho lo mismo, hicimos lo mismo. En un futura, no muy lejana ocasión hablaremos más a fondo de este tema cuando tienes bebés o hijos más grandes, un plan familiar es básico.
Hoy esta entrada me sirvió también para sacar todo lo que me pasó y lo que sentía y para darle las gracias a todos los que dieron una mano en este
desastre, bomberos, topos, civiles, ejército, marina, niños, niñas, hombres,
mujeres, perros, gracias por hacer de esta sociedad algo mejor, algo de
reconocer, nuestro México es grande, rico y fuerte, salgamos adelante. ¡Fuerza
México!
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